Stripper, más allá del estereotipo

Un hombre stripper es un profesional que domina el arte del desnudo (semidesnudo), técnicas de seducción, y utiliza como argumento principal su físico y sensualidad, siempre bajo la regla de tomarlo en serio como si se tratara de cualquier otra profesión, de acuerdo con Lía Soriano, sexóloga y terapeuta de Armario Abierto, Centro de Educación en Formación en Sexualidad.

Existen diversas razones por las que un hombre stripper llega a convertirse en uno de ellos. La principal es que son personas que buscan mayores entradas económicas, con base en su preparación y valoración de un cuerpo formado y marcado (atractivo físico).

En general, a decir de la sexóloga de Armario Abierto, la personalidad de la mayoría de los hombres strippers es común y corriente, debido a que son personas como cualquier otra que tienen una profesión, familia y otras actividades que conjugan con otra forma de adquirir una mejor condición de vida.

Si bien existen aún muchos mitos de por qué ellos eligen este tipo de trabajo, como el de que si fueron víctimas de abuso, tienen otras preferencias sexuales, problemas de personalidad, entre otras; la especialista aclara que en realidad son muy pocos los casos que se llegan a presentar, por lo que en su mayoría se trata de una elección libre y voluntaria.

El striptease es una de las industrias que a pesar de estar relacionada con el sexo, es tolerada por autoridades y sociedad debido a que su principal entretenimiento es el baile exótico o erótico, no la prostitución, ni trata de personas, por lo que un stripper tiene como principal  fin el aspecto lúdico.

Un stripper ayuda a las personas a visualizar sus fantasías en la vida real, y los cuerpos con los que la mayoría de la gente fantasea, suelen ser muy estéticos y bien formados, por ello cuidan su imagen tanto física como profesionalmente.

Además, sienten satisfacción por el cultivo de su imagen, reciben una constante retroalimentación a su ego gracias al deseo que muestran las mujeres y se sienten retribuidos por su labor.

En este sentido, la psicoterapeuta explica que deben respetar los deseos de sus clientas y tiene como único objetivo conseguir que ellas pasen un rato agradable y divertido, mediante coreografías y dinámicas erótico-sensuales que conforme pasa el tiempo deben modernizar.

Sin embargo, ejercer el oficio de stripper con éxito requiere bastante práctica para desarrollar las habilidades, esfuerzo diario, y un poco de suerte. Si bien trabajan en lugares donde se replican estereotipos sexuales (bares, discos, entretenimiento, etc…), éstos se convierten en espacios de empoderamiento femenino donde existe una retribución más allá de la económica.

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