Parches de estrógeno vs cáncer de próstata

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J. Manuel Reyes

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

04-04-2013

Durante mucho tiempo, el tratamiento de cáncer de próstata más empleado ha sido el suministro de estrógenos, los cuales ayudan a reducir los altos niveles de testosterona producida y ralentiza el crecimiento de la próstata; sin embargo, su administración conlleva varios efectos secundarios.
 

 

Carlos Pacheco, especialista en cáncer de próstata, explica en entrevista con Salud180.com cuáles son los tratamientos más comunes y efectivos que actualmente se emplean para combatir a esta enfermedad:

 

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Los efectos secundarios de algunos de los tratamientos del cáncer de próstata han generado que actualmente los investigadores trabajan en nuevas alternativas, como la desarrollada por el Royal College of London.

 

Los parches cutáneos que suministran estrógenos en la sangre puede ser un tratamiento más barato y más seguro para el cáncer de próstata que aquellos que implican inyecciones o pastillas, según el estudio inglés.

 

En esta investigación publicada en la revista Lancet Oncology, los investigadores compararon los efectos secundarios en 254 pacientes del tratamiento del cáncer de próstata más empleado, las inyecciones de LHRHa, y las píldoras de estrógenos, contra los nuevos parches hormonales.

 

Las inyecciones reducen la producción de estrógeno y testosterona; sin embargo, esto tiene efectos secundarios similares a la menopausia en las mujeres, debido a que afecta la salud ósea y eleva el riesgo de padecer diabetes.

 

En tanto que tomar píldoras de estrógeno ha causado problemas significativos de salud con una sobredosis del hígado, el cual produce, a su vez, químicos que causan coágulos de sangre, ataques al corazón y derrames cerebrales.

 

En este sentido, los parches hormonales, según la investigación, han demostrado ser igual de eficaces pero sin los mismos efectos secundarios, por lo que continuar con esos resultados, se erigirían como una de las alternativas más seguras de tratamiento del cáncer de próstata.

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