Parejas homosexuales se estresan menos

Vivir abierta y plenamente una elección sexual permite tener mayor tranquilidad, revela un estudio realizado por especialistas del Centro de Estudios sobre Estrés Humano, en Canadá, que afirma que las parejas homosexuales y bisexuales viven con menos síntomas de estrés, depresión y ansiedad que las heterosexuales.

La investigación, encabezada por Sonia Lupien, directora de la institución, evaluó a un grupo de 87 personas (46 personas eran lesbianas, gays o bisexuales y 41 heterosexuales) acerca de su situación anímica, en relación con estados emocionales, síntomas de estrés, depresión, ansiedad, angustia, y otros bioindicadores del bienestar corporal.

Según los resultados, en general las personas homosexuales y bisexuales muestran menos síntomas de estrés y depresión que las heterosexuales, así como menores niveles matutinos de cortisol, sustancia que produce nuestro organismo cuando se encuentra tenso.

En otro estudio, Robert-Paul Juster, integrante del mismo centro canadiense, revela que existen varias claves para explicar por qué las parejas homosexuales viven con menos síntomas de estrés que las heterosexuales:

1. Cuando una persona homosexual logra ser honesto con su entorno sobre sus preferencias -a pesar de la presión social, estigma y homofobia-, puede desarrollar una fuerza que le permite superar cualquier otro obstáculo.

2. El cortisol es una hormona que se activa como respuesta al estrés. Cuando se libera en exceso, contribuye con el desgaste de múltiples sistemas biológicos; cuando se logra controlar, ocurre el efecto contrario.

3. Para Juster, “si eres un individuo que ha pasado algún tipo de adversidad y eres capaz de desarrollar una estrategia para superarla, como persona te vuelves más sano y capaz de lidiar con estrés en el futuro”.

4. Otra explicación, en el caso de los hombres gay, es su tendencia conductual de enfocarse en la delgadez y la musculatura de sus cuerpos; esto es, en mantener una dieta saludable y ejercitarse físicamente.

5. El experto sugiere que ayudar a los homosexuales a asumir su orientación es una cuestión de salud pública.

Juster y su equipo refuerzan sus argumentos con varios estudios publicados en el pasado que asocian la salud de los homosexuales con la sociedad en la que viven y las leyes que les permitan una mayor integración.

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