VIH e infidelidad: cuando romper un “pacto” arriesga tu vida

No hay nada más lindo que tener una relación estable con la persona que amamos y con la que no hay lugar para las dudas, pues existe amor, confianza y lealtad, sin embargo, a veces sólo bastan unos segundos para tomar una mala decisión que podemos pagar muy caro. VIH e infidelidad: cuando romper un “pacto” arriesga tu vida.

¿Qué es el VIH/Sida?

El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), es una infección de transmisión sexual que ataca a los linfocitos T CD4 de nuestro sistema inmune hasta debilitarlos, mejor conocidos como las células de defensa, lo cual ocasiona que el cuerpo pierda la capacidad de luchar contra cualquier tipo de infección o enfermedad, describen especialistas del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida).

Esta infección también se puede contraer a través del intercambio de determinados líquidos corporales de una persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales, de ahí la importancia de utilizar preservativo en cada encuentro sexual. Sin embargo, también es posible transmitirlo de la madre al hijo durante el embarazo y el parto. 

Ojo, VIH no es lo mismo que SIDA. Cuando la infección por VIH no se trata adecuadamente puede evolucionar con mayor rapidez al síndrome de inmunodeficiencia adquirida, lo que comúnmente conocemos como Sida, es decir, la etapa final de la infección por VIH. 

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¿Es posible contagiarte de VIH si tienes pareja estable?

Quizá creas que al tener una pareja estable corres un riesgo muy bajo de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual como el VIH. Sin embargo, las promesas de amor no siempre se cumplen y la realidad es que no son garantía de nada, sobre todo si uno de los dos traiciona la confianza y el acuerdo de fidelidad que existe de por medio.

Sí, sabemos que no todas las parejas son iguales, pero para que te des una idea más clara de este panorama, la organización Aids Healthcare Foundation (AHF México), reveló en conjunto con el Censida y la UNAM que alrededor del 90 por ciento de las mujeres que se contagian de VIH adquieren la infección a través de su pareja estable.

La cifra realmente es alarmante, pues prácticamente 9 de cada 10 mujeres creemos ciegamente en la palabra de nuestra pareja y lo que es peor, le confiamos nuestro cuerpo sin imaginar las enfermedades que podríamos contraer, ya que al pensar que nuestra pareja es fiel, no exigimos el uso de preservativo al sentirnos “protegidas”.

Hasta el momento, el condón (femenino o masculino) es el único método que previene el contagio de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) como el VIH. Un contagio que, de acuerdo con la AHF México, afecta a mujeres que se encuentran en una relación estable, pero sobre todo casadas.

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¿Cuáles son los síntomas de VIH?

Uno de los principales problemas con esta infección, es que los síntomas no se presentan inmediatamente, sino que algunas señales pueden aparecer dentro de las primeras dos o cuatro semanas después de que el virus entra en nuestro cuerpo.

Sin embargo, al ser tan parecidos a los de una gripe, no le prestamos la suficiente atención.

Síntomas de VIH

En la etapa primaria puedes presentar: 

• Defensas bajas y síntomas similares a una gripe
• Fiebre
• Dolor de cabeza
• Cansancio
• Manifestaciones bucales 
• Ganglios inflamados en el cuello e ingle
• Dolor muscular y articular
• Erupción
• Diarrea
• Pérdida de peso
• Tos
• Sudoración nocturna

 

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Dentro de las primeras semanas, la carga viral es muy alta y la infección se propaga más fácilmente. A medida que el virus se multiplica y destruye las células inmunológicas, tu cuerpo puede desarrollar enfermedades o infecciones que pongan en riesgo tu vida, por ejemplo, neumonía aguda, tuberculosis, meningitis, linfomas, enfermedad renal, por mencionar algunas.

La única forma de saber si tenemos VIH es mediante las pruebas de laboratorio que detectan anticuerpos contra el virus, ya sea en sangre o en saliva. De acuerdo con información del Censida, existen dos tipos de pruebas: las indirectas y las directas.

Pruebas indirectas:

• ELISA/SERODIA
• Pruebas rápidas

Todas las pruebas indirectas positivas deben ser confirmadas por la Western blot

Pruebas directas:

• Cultivo viral
• Confirmatorias como Western blot

 

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Datos del VIH en México

Datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH del 2021, revelaron que la Ciudad de México es una de las entidades con mayor número de casos positivos en hombres, pues cerca de 40 mil 250 varones están contagiados de VIH. Sin embargo, sólo se han registrado 4 mil 680 casos de mujeres con VIH y muchas otras aún desconocen que pueden estar contagiadas.

Por otra parte, los estados con la mayor tasa de nuevos casos diagnosticados con esta afección son: Quintana Roo (37.39), Campeche (20.55), Colima (20.27), Tabasco (17.94), Yucatán (17.47). Una tasa calculada por cada 100 mil habitantes en la entidad.

¿Es posible curar el VIH?

Actualmente no existe una cura contra el VIH/Sida, ya que una vez que contraes la infección tu cuerpo no puede deshacerse de ella, pero existe una nueva esperanza en la lucha contra esta enfermedad, no para curar, sino para prevenir: una vacuna que ya llegó a fase 3 en los ensayos clínicos, -aquí te explicamos a detalle-. 

De momento existen medicamentos como los antirretrovirales (TARV), que pueden controlar el VIH para evitar complicaciones. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), todas las personas diagnosticadas con esta afección crónica deben comenzar con terapia antirretroviral, independientemente de la etapa de la infección en la que se encuentren.

El VIH es uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial, pues datos de la OMS revelan que en 2020, esta enfermedad cobró la vida de alrededor de 33 millones de personas en todo el mundo. 

Aunque el Virus de la Inmunodeficiencia Humana continúa siendo un tema tabú, la realidad es que las personas que lo padecen pueden llevar una vida completamente normal si son diagnosticadas y se apegan a su tratamiento, claro, no quiere decir que dejes de protegerte.

El uso del preservativo en la intimidad no debería cuestionarse porque si no te cuidas tú, ¿entonces quién lo hará?

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