¿Se puede atender la salud mental desde una perspectiva de género?
POR: Salud180.com
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Al igual que la sociedad se ha tenido que adaptar a los cambios que dentro de ella se han producido. Los expertos encargados de la Salud Mental lo tienen que hacer; ejemplo, empleando un abordaje desde una perceptiva de género.
Los roles y estereotipos de género condicionan la forma en que entendemos nuestro derecho a la salud mental. “Como mujeres, el tener la carga de labores de cuidado de las y los demás, ser las principales víctimas de violencia en el espacio privado y padecer brecha salarial e incluso no remuneración de ciertas tareas, somos más vulnerables a percibir ciertas afectaciones emocionales”, explica María Elena Esparza Guevara, Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero y fundadora de Ola Violeta AC.
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Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que las mujeres son dos veces más propensas a padecer depresión y tienen el doble de probabilidades de requerir medicación psiquiátrica que los hombres. Esto demuestra que el género es una variable condicionante en la salud mental.
“Tomemos como ejemplo la violencia de género: en nuestro país, hay 34 millones 500 mil mujeres mayores de 15 años que reconocen haber sufrido al menos una agresión de este tipo. Cada una de ellas tiene afectaciones a nivel emocional; es imposible que no sea así porque está comprobado que la violencia de género afecta la autoestima y el autoconcepto”, precisa Esparza Guevara, quien actualmente realiza su investigación doctoral en la Universidad Panamericana sobre la conciencia corporal como herramienta para empoderar a niñas y mujeres.
“En toda sociedad patriarcal, la expresión emocional está seriamente castigada y esto normaliza la invalidación de lo que sentimos. Como mujeres, dejamos de expresarlo para no ser calificadas como locas, exageras, intensas u hormonales. Y a los hombres también les afecta porque si ellos hablan de sus emociones, se les juzga como débiles; lo anterior también influye en que haya menos diagnósticos de depresión masculina”, agrega.
¿Qué se puede hacer? Lo primero es desnormalizar la violencia estructural que está en la raíz de millones de casos de estrés postraumático ante agresiones recurrentes, casos de violencia física y sexual de la que no se “puede” hablar por pena, miedo o desconfianza.
También es indispensable visibilizar el derecho al autocuidado y vivirlo sin culpa. Destinar un momento del día para hacer respiración consciente puede ser de gran ayuda para aliviar la tensión, tal como tener suficiente descanso, una alimentación adecuada y tiempo para uso discrecional, que significa usarlo en lo que quieras.
“Necesitamos cambiar nuestra forma de entender la salud mental, que vemos desde una visión occidental de atender hasta que ya hay enfermedad. Vale la pena observar ciertas filosofías orientales que privilegian la prevención desde el cuidado cotidiano a nuestro ser, entendido en su dimensión física y emocional.
No tienes que esperar a estar deprimida o en burnout para atender tu salud mental: desde la primera señal de que algo no se siente bien puedes actuar, pedir ayuda, nombrar lo que sientes. Muy importante hacer conciencia de que el mandato de productividad nos afecta al hacernos creer que estar ocupadas cada minuto es necesario porque sino somos flojas y esto afecta mucho nuestra salud mental”, concluye Esparza Guevara.
Para quienes lo necesiten, está disponible su buzón de twitter en @MaElenaEsparza y en www.olavioleta.org