¿Fibromialgia, enfermedad somática?

Frida Kahlo es una referencia obligada al hablar de pintura mexicana. Sin embargo, ahora la artista adquiere popularidad en un ámbito distinto: el médico, para el cual se ha vuelto un caso de estudio. Esto ocurrió después de que en el año 2000 se publicara en la revista Arthritis & Rheumatism un análisis de su expediente clínico, vida y obra.

En el artículo se sugirió que Frida Khalo padeció fibromialgia, una enfermedad desconocida en su época, que la aquejó gran parte de su vida y que plasmó en su arte.

De acuerdo con el Colegio Americano de Reumatología, organismo que estableció los criterios para el diagnóstico de la fibromialgia en 1990, los síntomas más comunes de esta enfermedad son: dolor muscular crónico generalizado en el cuerpo, fatiga, perturbaciones del sueño, problemas cognitivos y de memoria, así como depresión y ansiedad. Entre el 2 y el 4% de la población mundial la padece, pero las mujeres son las más afectadas.

Desde hace veinte años, la Organización Mundial de la Salud reconoce a la fibromialgia como enfermedad reumática (en particular como un desorden de los tejidos blandos), pero algunos especialistas no están convencidos respecto a sus causas somáticas y se inclinan por un posible origen psicosocial.

Esta polémica en torno a la fibromialgia, sumada a la imposibilidad de estudiar en los restos de una persona fallecida un padecimiento que no deja secuelas físicas, parece poner en entredicho la supuesta enfermedad que atormentó a Frida Kahlo.

Los estudios médicos sobre la fibromialgia la relacionan con un procesamiento anormal de la sensación del dolor. Hay particularmente dos mecanismos involucrados con el dolor crónico (síntoma característico de los padecimientos reumáticos como la artritis reumatoide y la fibromialgia): uno que involucra al Sistema Nervioso Periférico, y otro que se relaciona con el Sistema Nervioso Central.

El primer mecanismo ocurre por un trastorno en los nervios periféricos, aquellos que reciben la información de los órganos sensoriales y que controlan los movimientos de los músculos esqueléticos. Las anomalías pueden generarse de varias maneras y producen una potenciación del dolor: “eventos traumáticos físicos, otra enfermedad, accidentes o cirugías grandes, pueden asociarse al inicio de la fibromialgia”, explicó Rubén Burgos Vargas, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y médico del Hospital General de México.

El segundo mecanismo opera al nivel del Sistema Nervioso Central y produce una amplificación de la sensibilidad al dolor.

En condiciones normales, la información que proviene desde las terminales nerviosas de los órganos sensoriales llega hasta la médula espinal (sitio en donde ocurre el procesamiento del dolor), y produce la liberación de sustancias químicas (llamadas neurotransmisores) que estimulan la sensación del dolor y la transmiten a otros centros del cerebro.

Esta transmisión hace que el cuerpo genere respuestas de estrés o de alteraciones cardiopulmonares, típicas en la percepción del dolor. 

De manera paralela, en la médula espinal hay otros sistemas, denominados inhibitorios, que se encargan de disminuir la liberación de las sustancias excitatorias y modular la transmisión de la información proveniente de los receptores sensoriales.

Hay evidencia de que la fibromialgia está asociada a una liberación excesiva de los transmisores excitatorios de la médula espinal, lo cual se refleja en una mayor transmisión de las señales del dolor.

De acuerdo con Burgos Vargas, esta anormalidad tiene un origen genético: “Desde el punto de vista biológico, se supone que hay una predisposición genética, es decir, existen genes involucrados en el metabolismo de los mediadores de la función celular cerebral, especialmente los que están relacionados con los receptores del dolor”.

58 años después de la muerte de Frida Kahlo, la fibromialgia se presenta todavía como una enfermedad desconocida.